Ventajas comparativas y competitivas para inversión en la Región Suroeste
POR RAFAEL MÉNDEZ
Contamos con la mayor seguridad jurídica, consignada en la Ley 12-21 que crea la Zona Especial de Desarrollo Fronterizo que establecer un marco normativo que dispone las reglas para el otorgamiento de un componente de incentivos a las empresas que se instalen dentro del territorio que comprende la zona especial.
Es así como esa ley complementa lo establecido en los artículos 10 y 11 de la Constitución de la República, que “declara de supremo y permanente interés nacional la seguridad, el desarrollo económico, social y turístico de la Zona Fronteriza.
Lo establecido precedentemente está avalado en sentencias de la Suprema Corte de Justicia, del Tribunal Constitucional, del Tribunal Contencioso Administrativo, en resoluciones del Senado de la República y la Cámara de Diputados, abortando así varios recursos que ha incoado el empresariado en sus pretensiones de abortar la legislación especial que garantiza exenciones a las empresas establecidas o que pudieran establecer en la región fronteriza.
Como honrar, honra. Toda publicación, reportaje, análisis, noticias, sobre el trascendente paso histórico de lanzamiento del turismo en Pedernales, debe hacer justicia y reconocer que el presidente Luis Abinader puso el pie en el acelerador que pondrá en marcha el desarrollo turismo de Pedernales, lo que de manera directa e indirecta impactara la Región Suroeste.
Esta acción histórica y trascendente se constituye en un desafío a los lideres empresariales turísticos, a la oligarquía empresarial y los enclaves que han tenido en los gobiernos, que observan con recelo el que se desarrolle el Polo Turístico del Suroeste, porque saben, que más temprano que tarde, se convertirá en un enorme contrapeso en la oferta al visitante nacional y extranjero.
Sin embargo, no dejaremos de reclamar al Mandatario, o a quien pueda sucederle, que necesariamente se debe completar la obra, y hacer del Región Suroeste un sólo destino turístico, con lo que se articularían las enormes potencialidades turísticas y de seguridad jurídica que sitúan a la zona con ventajas comparativas y competitivas como atractivo para la inversión.
Por lo que también debemos destacar que para los fines de la inversión está consignado por ley una serie de exenciones y beneficios que se convierten en ventajas comparativa y competitiva adicionales para quienes se dispongan a invertir en cualquiera de las áreas de la producción y de los servicios, como no la presenta ninguna zona o región del país.
Para los fines de la inversión, el Suroeste cuenta con la mayor seguridad jurídica, consignada en la ley de desarrollo fronterizo, amparada en los artículos 10 y 11 de la Constitución de la República, en sentencias de la Suprema Corte de Justicia, del Tribunal Constitucional, del Tribunal Contencioso Administrativo.
Pero también esta certificada con las reiteradas resoluciones del Senado de la República y de la Cámara de Diputados, y de esa manera los fronterizos logramos abortando los cíclicos recursos que, incoados por la oligarquía empresarial en sus pretensiones de abortar la legislación especial de desarrollo fronterizo, en contubernio con enclaves en las instancias del Estado que les correspondía aplicar las facilidades que consigna la ley.
Inigualable potencial
El Suroeste en término de su ubicación geográfica integra una extensión territorial de 7,102.58 km², “en el que se encuentra el sistema lacustre más importante de la hispaniola, con el Lago Enriquillo y las lagunas Rincón o Cabral, Oviedo, Limón y la del Medio, representando así la la parte más meridional del Suroeste de la República Dominicana”.
En un simple ejercicio de caracterización del Suroeste se puede afirmar, sin temor a exageración, que este territorio conjuga un lacerante contraste económico y social, que por un lado cuenta con un enorme potencial para el gran salto al desarrollo social y económico de su gente, y por el otro, una pobreza secular en el que perviven la mayoría de los habitantes de las provincias de Barahona, Bahoruco, Independencia y Pedernales.
Según los expertos, la también llamada Subregión Enriquillo constituye una de las formaciones geomórficas de extraordinaria variedad, lo que le confiere características especiales en la geografía nacional, que espera pacientemente por la explotación del enorme y sinigual potencial turístico en sus montañas, sus playas y en la variedad de sus climas, que podrían dejar estupefactos a criollos y extranjeros que se atrevan a “descubrirlo”.
La Dirección Nacional de Catastro, en un estudio sobre la región, destaca “las siguientes formaciones: tres cadenas de montañas (Sierra de Bahoruco, Sierra de Neiba y Sierra de Martín García), el Valle de Neiba y el Procurrente de Barahona, en el cual se localizan el Bahoruco Oriental y algunas llanuras costeras (Juancho, Oviedo y Pedernales), a lo que hay que añadir las playas más bellas del país, la inmensa cantidad de balnearios con aguas friísima, aguas caliente y azufrada, la mina de Larimar, dos aeropuertos y dos puertos, así como lugares de alto interés histórico y cultural.
De ahí que podemos proclamar, ahora sí y a todo pulmón, sin mezquindades de ninguna índole, que “el momento del desarrollo turístico de la región más pobre del país ha llegado, pero que no nos cansaremos de reclamar que el Suroeste debe ser un solo destino, consolidado, que aglutine todas las diferentes ofertas complementarias que tiene la zona, no solo Pedernales, y que, sin lugar a dudas, constituyen un gran atractivo para un nuevo tipo de turismo, sobre todo, el ecoturístico”.