Cuando los ríos mueren de sed
La nación dominicana debe actuar con responsabilidad frente a la tragedia ambiental que nos espera.
Cuando el penthouse de cinco millones de dólares no tenga una gota de agua, tendrá el mismo valor y la misma suerte que la casita del patio o del callejón donde vive la abuelita María de los Remedios y de los Santos, con su galón vacío en las manos y su nieto al hombro. El presentimiento es evidente sobre la tragedia del agua.
No hay que ser ni científico ni brujo para descubrir o darse cuenta de que en el futuro, no muy lejano, los penthouse hederán a infierno cuando sus dueños no reciban una gota de agua. La ecuación será sencilla: se acabó el agua, se acabó la vida. Primero serán afectados los de abajo, todos los pobres del mundo; luego, los dueños de todo y de los mismos pobres.
Nadie puede negar que la destrucción, por tala de árboles, extracción de agregado o explotación minera de cualquier índole, independientemente de los eufemismos que, normal y elegantemente, utilizan los que provocan la tragedia ambiental de nuestro país, a nivel nacional, causa grandes problemas que afectan nuestros ríos.
Junto a la Comisión Ambiental de la academia estatal, representé, orgullosamente, a la UASD que, abrazada a su pueblo, luchó en defensa de Los Haiteses y Loma Miranda.
Tengo viva la imagen, y esto hay decirlo para que la gente buena de este pueblo lo sepa, de aquel día cuando nuestros jóvenes artistas armados de guitarras detuvieron el camión volteo en Los Haitises, acostándose todos con sus guitarras sobre el pecho en la carretera, y el chofer tuvo que detener su máquina ante el patriotismo de nuestros muchachos. Nuestro país es una nación hecha de valor y coraje!
Tampoco olvido aquel día en que, en medio de estas luchas patrióticas, se aparecieron tres sujetos en la UASD como representantes de una supuestas y "bondadosas" empresas que gestionaban que la Comisión Ambiental de la UASD les diera su apoyo para ellos "canalizar" ríos y "corregir" cauces.
Si usted quiere saber qué realmente querían esos señores, solo tiene que mirar los camiones volteos que recorren el Malecón y las calles del país y vea cómo los materiales de agregado destilan agua por las calles, como si fueran sangre y lágrimas de los ríos. La nación dominicana debe actuar con responsabilidad frente a la tragedia ambiental que nos espera.
Todo esto ha causado que los ríos desaparezcan ante nuestra vista. Esto quiere decir que muchos de nuestros ríos que eran permanentes, se convirtieran en intermitentes. Sin embargo, el agua mantiene su memoria y luego nos espera la amenaza cuando en las grandes lluvias, los ríos corren por sus antiguos cauces y sobre sus viejas heridas, por donde las aguas se llevan o arrasan todo a su paso por su natural transitar de miles de años.
Valle Nuevo es la más reciente víctima de la tragedia ambiental del país. Allí nacen los principales ríos del país, pero muchas de sus áreas han sido depredadas, causando una cruel deforestación, la cual ha provocado que muchos ríos se sequen o estén camino a desaparecer. El Río Yaque del Norte es, apenas, una triste nostalgia.
El arte ha sido siempre compañero de los hombres y de las mujeres en sus justas luchas a favor de las comunidades y de la humanidad. Dicho esto, y como reconocimiento a su trabajo en defensa del medio ambiente, publico este poema de la autoría de Luis -Cuchito- Carvajal. Este texto constituye un canto a los ríos, al agua y a la vida en la República Dominicana.
Citamos:
Sequía:
"Río: sendas de piedras y agonías
recargada de sed y de plegarias
lengua que lame el polvo y las espinas,
impiedad de los dioses.
Sol borracho de sol en las espaldas.
Ya no hay cantos, murmullos ni chirridos;
nada es verde en lo inmenso del paisaje.
La esperanza es apenas el recuerdo
de un bosque de neblinas,
una absurda utopía de lagunas,
riachuelos y cascadas.
Con el hacha creamos nuestro infierno
pretendiendo el "progreso" prometido.
Hoy, hacen falta ríos de gente:
grandes, caudalosos, incontenibles;
una lluvia de cantos y consignas
que despierten la rabia contenida,
inunden las ciudades y caminos,
ahoguen a la inútil burocracia
y siembren agua buena en su destino"