Las necesarias luchas del pueblo y el papel de la Izquierda Dominicana

La lucha popular por sí sola no es suficiente, necesita ser acompañada de una intensa lucha por la educación política del pueblo

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Por Felipe Lora Longo

En la actualidad, el descontento popular puede oírse en todas las voces que demandan soluciones a los problemas que han existidos por décadas. Los partidos de derecha y centro-derecha (PRD-PLD-PRM, etc.) que han gobernado el país no han sido capaces de solucionar ni siquiera los más básicos, a pesar de que hasta su “neoliberal, conservadora y amañada” constitución, así lo demanda al establecerlos como derechos ciudadanos.

Por ejemplo, el problema educacional de país debió haber sido resuelto desde hace décadas pues la Constitución Dominicana, en su Artículo 63, ordena a nuestros mandatarios a garantizar que toda persona tenga una “educación de calidad y permanente y en igualdad de condiciones.”

Lo mismo ocurre con el problema de la Seguridad Social donde el artículo 60 de la Constitución ordena al gobierno, con claridad,  a “preservar el derecho a la seguridad social por ser un derecho humano  fundamental” o con el problema de la Vivienda  donde la Constitución establece, en su Artículo 59, que toda persona debe tener “una vivienda digna con servicios básicos esenciales.”

De igual forma  podríamos referirnos al problema alimenticio, el de salud, el energético, falta de trabajo, basura, agua potable, medio ambiente, criminalidad, corrupción gubernamental, etc.

Ante esta sombría situación, y con la desconsoladora experiencias de los engaños y montañas de promesas incumplidas, al pueblo y a la Izquierda Dominicana no les queda más opción que la de abrir, simultáneamente, dos frentes de lucha: La lucha contra los males y enemigos del pueblo y la lucha por la preparación y superación de nuestros ciudadanos y nuestras instituciones. Sólo cuando triunfemos en esas dos luchas estaremos, el pueblo y la Izquierda, preparados para iniciar la lucha por la revitalización de la nación y por adopción de la Nueva Constitución donde el poder supremo descanse en los hombros del pueblo.

Ninguna de estas luchas podrá terminar en forma victoriosa sin haber antes triunfado en la otra. Esta cruda realidad impone  la necesidad de abrir los dos frentes en forma paralela para que, el avance en un frente facilite el avance en el otro.

Lo anterior explica el por qué las luchas en las calles, las demandas en las caminatas, los plantones comunitarios,  las huelgas regionales o las generales  no han dado los frutos esperados por sus promotores o por aquellos que creen que sólo basta continuar, progresivamente y desde las calles, las demandas y las luchas del pueblo.
 
Otros, a pesar de que entienden que es necesario “lograr que el pueblo comprenda la necesidad de abrirle camino a las diferentes componentes y fases del PROCESO CONSTITUYENTE”, se sientan a esperar que sea el pueblo el que “tome conciencia colectiva y se apodere de la idea de que él, el pueblo, es el soberano y que debe y puede forzar la creación del proceso” que termine con el establecimiento de una constituyente popular y soberana que produzca “la Nueva Constitución” donde el poder supremo descanse en los hombros del pueblo.

No, la lucha popular por sí sola no es suficiente, necesita ser acompañada de una intensa lucha por la educación política del pueblo.
Esta cruda realidad ha quedado demostrada en cada uno de los últimos gobiernos donde, y por sí solo, el pueblo ha dado más de una señal de que es capaz de abrir y mantener un frente de lucha en contra de los males que lo afectan y de quienes lo causan. La Marcha Amarilla o lucha por el 4% del PIB para Educación,  la Marcha Verde contra la corrupción y la impunidad, la huelga Regional en las 14 provincias del Cibao del pasado abril demandando la rebaja de los precios de los combustibles y de la canasta familiar, y la más reciente Marcha contra las ARS y la AFP son ejemplo de que el pueblo es capaz de hacer su parte; mantener, desde las calles, un frente amplio de lucha en demanda de soluciones y contras de sus enemigos.

Los que no hemos sido capaces de abrir y mantener un frente que luche por la preparación, superación y el despertar de nuestros ciudadanos y en nuestras instituciones, hemos sido nosotros, los que pertenecemos al diseminado movimiento de izquierda dominicano.

Pero eso cambiará pues, recientemente, se ha hecho público la noticia de que varias organizaciones de izquierda y decenas de revolucionarios independientes suscribieron un acuerdo político  que parió el Referente de Izquierda Dominicana el cual, se espera, ha nacido para consolidar el movimiento de izquierda, coordinar y promover las luchas sociales y para educar, políticamente, a quienes están llamado a crear los cambios necesarios  que permitan garantizar el bienestar y la felicidad del pueblo dominicano. El pueblo ha demostrado que es capaz de abrir y mantener un frente de lucha popular. Le tocará al Referente de Izquierda Dominicana, integrarse con plenitud al pueblo que demanda, e inmediatamente abrir el inexistente Frente de Lucha contra la falta de Educación Política que obstaculiza el merecido triunfo del pueblo.

Más sobre la necesidad y el porqué de un frente de lucha contra la falta de Educación Política en la próxima entrega.

Felipe Lora Longo
felipe@lora.org

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