Las amenazas sobre la sociedad dominicana
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Lo que está ocurriendo en la sociedad dominicana es más despedazamiento de la sociedad y sus valores, que las propias amenazas que penden sobre ella.
Por:RAFAEL NINO FELIZ
Los lectores de este medio han leído mis artículos sobre la grave crisis de la sociedad dominicana. Escritos, muchas veces, como denuncias; otras, como llantos; y en otras ocasiones como cantos de esperanza.
Perdonen si les digo -así imitando a Neruda- que el primer término que escribí para el título no era amenazas, sino despedazamiento; pero esa palabra era -y lo es aún- demasiado fuerte para un poeta que todavía ama profundamente a su país.
Pero lo que está ocurriendo en la sociedad dominicana es más despedazamiento de la sociedad y sus valores, que las propias amenazas que penden sobre ella. El segundo término tiene connotación y acepción de futuro; el primero posee un significado que huele más a herida, deriva y a sangre derramada; tiene más sabor a hundimiento, a agonía y tragedia.
Les pidiera excusas por el término si en este país nuestro, y de todos, hasta de aquel que se lo ha robado durante cuatro, ocho, doce, veinte y hasta treinta años, no existiera un ladrón, o ladrones, que desde sus propias funciones de ladrón público se robara todas las tierras del Estado con vocación turística. ¡O las tierras del CEA! ¿Y de las montañas, reservas y cordilleras? Sí. También. Y… Le llaman don y hasta Don.
Les pidiera excusas formales por el término si no hubiesen asesinado a Zuleika Rodríguez en Santiago por un simple celular; les pidiera excusas también si no hubiesen asesinado a una monja vestida de blanco; sí -así con su hábito- en plena luz del día en la ciudad de Santo Domingo. Vestida de blanco como un ángel que se marcha al cielo después de sembrar su amor sobre la tierra.
Les pidiera excusas formales, si no hubiese ocurrido lo de Leslie. Y los casos de otros hermanos sin apellidos que no salen en los medios de comunicación. Les pidiera más excusas repetidas veces si en el país no encontraran, al amanecer, pedazos de seres humanos en los zafacones de ciudades y campos.
¿Dónde están los programas que educan en valores; dónde está o ha estado la movilización de la nación para salvar a la sociedad dominicana y el país? ¿Dónde están y han estado los programas de certeras políticas públicas preventivas y de regeneración humana? Aún estamos a tiempo
