Gazcue es apenas una nostalgia
En la República Dominicana, después de la Zona Colonial y la parte más contigua a ella, como parte de Ciudad Nueva, Gazcue es el lugar más simbólico de la ciudad de Santo Domingo.
Aniquilar su arquitectura y su vegetación para convertir este fascinante sector en solares de parqueos y construir horribles edificios, casetas de negocios para la prostitución y el vicio, es un verdadero crimen.
Por: RAFAEL NINO FÉLIZ
Santo Domingo.– Todas las ciudades del mundo conservan zonas históricas y simbólicas llenas de elementos materiales e inmateriales que reflejan política, económica, social, cultural y arquitectónicamente, su pasado de gloria. Al respecto, la inteligencia humana ha llevado a las personas a preocuparse por la historia de esos lugares y a ocuparse de su protección, en lo que pudiera considerarse un patrimonio histórico y cultural de un país o de la humanidad. Parecería que el hombre tiene vocación a elegir aquellos lugares en los que se inició la vida de la ciudad.
En la República Dominicana, después de la Zona Colonial y la parte más contigua a ella, como parte de Ciudad Nueva, Gazcue es el lugar más simbólico de la ciudad de Santo Domingo. Lo es por su arquitectura, historia, geografía y su cultura. Es en esta zona de la ciudad donde se encuentra lo que se puede definir como la magia del área metropolitana.
El sector de Gazcue, hoy penosamente devorado sin la conservación y protección arquitectónica y patrimonial, debió haber sido el modelo de desarrollo de la ciudad capital. Por su historia, arquitectura, vegetación, ubicación estratégica, Gazcue era -y es aún- el lugar ideal para ser conservado como zona protegida para el presente y la posteridad.
Gazcue está siendo destruido y su antigua magia se nos esfuma a la vista sin que los ciudadanos podamos detener la voraz, ruda y poderosa fuerza que la destruye frente a la indiferencia de los que pueden y deben hacer algo para salvarla. Aniquilar su arquitectura y su vegetación para convertir este fascinante sector en solares de parqueos y construir horribles edificios, casetas de negocios para la prostitución y el vicio es un verdadero crimen. Los niños de hoy y los jóvenes del mañana no podrán conocer a Gazcue, a no ser a través de la ficción.