Pepín Corripio: Verdades Incómodas

0
0 0
Read Time:2 Minute, 35 Second

Por Milton Olivo

En un mundo donde las expectativas sociales y económicas están en constante cambio, el camino hacia una sociedad prospera y equitativa requiere de claridad, determinación y, sobre todo, comprensión de ciertas verdades fundamentales.

Una de ellas es la importancia del rol de los empresarios en el desarrollo nacional. Los empresarios son, sin lugar a dudas, las turbinas del progreso. Son aquellos que, con sus recursos, su crédito, su voluntad de sacrificio, disciplina y determinación, se juegan todo para generar empleo, fomentar el bienestar de las familias, crear oportunidades y claro, obtener beneficios.

Lamentablemente, algunos sectores, especialmente  los círculos de la izquierda, han creado una narrativa errónea en torno a los empresarios. Se les ha calificado de explotadores y peligrosos para la sociedad. Esta concepción, sin fundamento, es una de las principales barreras que enfrenta la creación de un entorno propicio para el desarrollo económico. Es necesario preguntarnos: ¿qué preferimos? ¿Tener un empleo que nos permita ganar el sustento para nuestras familias o vivir en la frustración del desempleo y la depresión?

Es importante comprender que todas las leyes y normativas que restringen la justa y constructiva operatividad productiva de los empresarios, lejos de ser una medida justa, terminan perjudicando el sistema económico y la capacidad de generar empleos. Al final, estas restricciones actúan como un freno que impide el progreso y el desarrollo nacional. Es un dilema simple: o avanzamos hacia el crecimiento o retrocedemos hacia la inercia y la falta de oportunidades.

Para materializar el sueño de una "Quisqueya potencia", es crucial saber quiénes suman y quiénes restan. Hay que identificar a aquellos que construyen, a los que generan empleo, a los que brindan oportunidades.

Mientras tanto, debemos alejarnos de aquellos que solo critican, que generan confusión y que desinforman al pueblo. Si nuestra meta es crear una sociedad de oportunidades, con pleno empleo y bienestar, debemos posicionarnos del lado de la justicia y de los creadores de empleos.

El dilema es claro: debemos apoyar la libre empresa, siempre que sea con regulaciones inteligentes y bien diseñadas, o, por el contrario, replicar modelos como el cubano, que solo han traído miseria y desgracia a los pueblos que los adoptaron, como ha sucedido en Cuba y Venezuela.

La pregunta fundamental es a quién apoyamos. ¿A aquellos que someten al pueblo, lo llevan a la miseria, le niegan la libertad, como representaba Fidel Castro? ¿O a los individuos como Pepín Corripio, que dedican su vida, su capital, su esfuerzo y talento a crear empleos y oportunidades para todos?

Solo cuando tengamos claro hacia dónde queremos ir en el océano de la existencia, sabremos cuáles son los vientos que nos empujan en la dirección correcta.

Claro está siempre que no destruya las familias, que no sea abusivo contra los individuos, que no afecte el medio ambiente, porque eso sería contrario a los principios divinos. Además que todoas nuestras acciones siempre deben estar enfocadas en el bien común, y eso conspira contra la meta suprema, que es para bienestar y felicidad del pueblo, hacer realidad una Quisqueya potencia.

El autor es escritor y activista por una Quisqueya potencia.

Happy
Happy
0 %
Sad
Sad
0 %
Excited
Excited
0 %
Sleepy
Sleepy
0 %
Angry
Angry
0 %
Surprise
Surprise
0 %

Average Rating

5 Star
0%
4 Star
0%
3 Star
0%
2 Star
0%
1 Star
0%

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *